Por David Alomoto
México y Corea del Sur terminaron su partido en Nashville con un empate 2-2. A pesar del resultado, el desempeño del equipo mexicano bajo la dirección de Javier Aguirre sigue generando muchas dudas. El equipo ha dependido en gran medida de jugadas individuales brillantes para resolver sus partidos, y el encuentro contra Corea del Sur fue otro claro ejemplo de esta situación. En vez de una estrategia colectiva sólida, fueron las actuaciones de futbolistas talentosos las que finalmente evitaron la derrota.
El susto que se llevó México frente a Corea se debió en parte a un cambio inesperado en su estrategia. El equipo comenzó con una línea defensiva de cinco jugadores, lo que, según el análisis de Ricardo La Volpe, no era la mejor opción para enfrentar a un solo delantero coreano. La falta de efectividad de este planteamiento inicial puso en aprietos al equipo mexicano, que no lograba imponer su ritmo en el campo.
Ante la falta de resultados, el 'Vasco' Aguirre decidió hacer un ajuste crucial. Durante el partido, se optó por modificar la defensa de cinco a una de cuatro. Este cambio táctico fue clave y, de acuerdo con La Volpe, permitió que México tomara un mayor control del encuentro durante la segunda mitad. A pesar de los problemas iniciales, esta modificación ayudó a crear más oportunidades de peligro y a mejorar el flujo del juego.
Aun con las mejoras del segundo tiempo, persiste la preocupación sobre la capacidad del equipo para generar juego de manera consistente. La Volpe ha vuelto a cuestionar el trabajo del 'Vasco' Aguirre, señalando que el equipo carece de un mediocampista que pueda organizar y distribuir el balón de manera efectiva. La falta de este tipo de jugador, vital para la creación de oportunidades, es un problema que el cuerpo técnico deberá resolver.
En este contexto, la ausencia de un jugador como Gilberto Mora se hace evidente. Su habilidad para organizar el juego y darle dirección al equipo mexicano es algo que se ha extrañado en los partidos recientes. Mora era el motor que impulsaba la ofensiva, y sin alguien con sus características, el equipo mexicano se ve forzado a depender de destellos individuales y no de un plan de juego bien estructurado.
En conclusión, aunque el empate fue el resultado final, las deficiencias tácticas de México quedaron expuestas. El equipo sigue mostrando problemas de organización y dependencia en el talento individual, lo que pone en duda su capacidad para competir contra rivales de alto nivel. La gestión de Javier Aguirre sigue bajo escrutinio y, para lograr un mejor desempeño en futuros encuentros, será necesario encontrar una solución a la falta de generación de juego colectivo.
10/09/2025
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