Claudia Sheinbaum destapó qué tiene México de diferente en relación al EE.UU y Canadá en el sorteo del Mundial 2026
La presidenta de México fue quien habló en el sorteo del Mundial 2026
Claudia Sheinbaum y Gianni Infantino / Foto: Selección Mexicana
Aquí tienes seis párrafos que abordan la declaración de Claudia Sheinbaum sobre la distinción de México frente a sus coanfitriones (EE. UU. y Canadá) en el marco del sorteo del Mundial 2026.
La expectativa por el sorteo del Mundial de 2026, que definirá los grupos para el torneo que se celebrará conjuntamente en México, Estados Unidos y Canadá, estuvo marcada por las palabras de la Jefa de Gobierno de la Ciudad de México, Claudia Sheinbaum. En un discurso centrado en destacar el papel de México como sede, la mandataria se propuso establecer una diferencia fundamental entre su país y sus vecinos del norte, y lo hizo apelando a la profundidad histórica y cultural de la nación.
La distinción que Sheinbaum señaló no se basó en infraestructura moderna o éxitos deportivos recientes, sino en la raíz histórica y ancestral del juego. La Jefa de Gobierno afirmó que México posee un elemento único que sus coanfitriones no comparten: una conexión milenaria con el deporte. "México disfruta del juego de pelota desde tiempos ancestrales", enfatizó, estableciendo un vínculo directo entre el fútbol moderno y las prácticas prehispánicas.
Esta referencia cultural evoca el milenario Juego de Pelota Mesoamericano (Pok ta Pok o Ullamaliztli), una actividad ritual y deportiva que se practicó por civilizaciones como los mayas, aztecas y olmecas. Al trazar esta línea histórica, Sheinbaum buscó posicionar a México no solo como un anfitrión más, sino como la cuna de la pasión por el juego de pelota en el continente, un legado que impregna la cultura futbolística actual del país.
El comentario de Sheinbaum se interpretó como una manera de recordar que el fútbol en México es más que un simple deporte; es un fenómeno cultural profundamente arraigado en la identidad nacional, contrastando con la popularidad relativamente más reciente que tiene el fútbol (soccer) en Estados Unidos y Canadá. La declaración subraya que la afición mexicana no solo sigue el juego, sino que lo lleva en su ADN histórico y antropológico.
La declaración tuvo un impacto significativo en el contexto del sorteo, pues sirvió para añadir una capa de orgullo y tradición a la participación de México como coanfitrión. En un evento dominado por la logística moderna y la mercadotecnia, la referencia a los tiempos ancestrales funcionó como un recordatorio poético del fervor que el país aportará al Mundial, prometiendo un ambiente que solo puede encontrarse en una nación con esa historia deportiva.
Finalmente, el mensaje de Claudia Sheinbaum logró su cometido de distinguir a México en la tríada de países anfitriones. Al destacar la herencia del juego de pelota desde hace miles de años, la Jefa de Gobierno no solo honró el pasado prehispánico, sino que también realzó la profundidad de la pasión con la que México recibirá a las selecciones y a los aficionados del mundo en el magno evento de 2026.