Pulido se planta en Chivas, cobra millones y frena la limpieza que planea el club para 2026

La directiva se habría enojado todavía más con el canterano a partir de una decisión polémica.

El mexicano no continuará en Guadalajara, o al menos en el primer equipo (MexSport).

El mexicano no continuará en Guadalajara, o al menos en el primer equipo (MexSport).

La limpieza que planea Chivas rumbo al Clausura 2026 chocó de frente con un obstáculo inesperado y costoso. Según reveló César Huerta, periodista de AS México, Alan Pulido no tiene intención alguna de salir del club, pese a no entrar en planes deportivos. “Alan Pulido no tiene ni el más mínimo interés de mover un dedo”, aseguró el comunicador, quien además remarcó que el delantero se siente respaldado por su contrato vigente. Una postura que deja al Guadalajara atrapado en un problema que combina dinero, bajo rendimiento y falta de margen de maniobra, pero lo que sigue es peor.

El propio Huerta profundizó en el escenario y fue aún más claro sobre quién está intentando destrabar la situación. “Chivas es el que le está haciendo la luchita para ver si acomoda a Pulido, pero no encuentra”, explicó en su canal de YouTube. Ni el futbolista ni su entorno están activando contactos para buscar club. “Los representantes de él, nada… como que les dijo: ‘tengo contrato’”, sentenció, dejando en evidencia que la pelota está del lado rojiblanco, con poco espacio para negociar a partir de su jugoso sueldo.

Un salario que complica cualquier salida

El gran escollo es económico. Aunque Pulido aceptó reducir su salario para volver al Rebaño en el Clausura 2025, hoy percibe cerca de 1.8 millones de dólares anuales, una cifra superior a los 32 millones de pesos mexicanos. Para Chivas, sostener ese sueldo por un jugador que no es considerado representa un lastre financiero. Para otros clubes, absorberlo resulta directamente inviable, un detalle que explica por qué no aparecen ofertas formales.

La directiva entiende que cualquier salida implicaría pagar parte del contrato o aceptar condiciones desfavorables. Ninguna opción resulta atractiva en un contexto donde el club busca reducir costos y reorganizar su plantel. Así, Pulido se transforma en un símbolo de un problema mayor: contratos altos, bajo rendimiento y cero urgencia del jugador por cambiar el escenario.

Del arranque prometedor al banco

En lo deportivo, la caída fue progresiva pero contundente. Pulido comenzó el ciclo con Gabriel Milito como titular, pero su rendimiento rápidamente quedó en deuda. La falta de gol, la escasa incidencia en el juego y una merma física evidente lo llevaron al banco. Con el correr de las jornadas, su rol se fue diluyendo hasta quedar completamente relegado, una decisión que marcó un antes y un después por un grosero error de 'puligol'.

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El quiebre definitivo llegó cuando trascendieron situaciones extradeportivas. Su exposición nocturna durante las Fiestas de Octubre en Guadalajara colmó la paciencia del cuerpo técnico. Milito fue tajante y Pulido quedó marginado del proyecto, una determinación que hoy explica por qué el club busca su salida sin éxito.

La competencia que lo dejó sin espacio

El panorama terminó de cerrarse con los refuerzos. Las llegadas de Ángel Sepúlveda y Ricardo Marín ocuparon el lugar que Pulido ya no podía sostener. Ambos se adaptaron mejor a la idea del entrenador y desplazaron definitivamente al tamaulipeco en la rotación ofensiva. Desde entonces, su presencia en el plantel responde más a una obligación contractual que a una necesidad futbolística.

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