Liga MX

Los únicos 2 jugadores que perdonaron los aficionados del América, tras el papelón ante Chivas

Solamente se salvaron de la crítica tres elementos: Saint-Maximin y Álvaro Fidalgo

Por David Alomoto

América / Foto: TUDN
América / Foto: TUDN

El Clásico de México dejó un sabor amargo para los aficionados del América, quienes vieron a su equipo caer ante su eterno rival, las Chivas. La derrota no solo fue un golpe duro, sino que la forma en que se dio, con un desempeño poco convincente de la mayoría de los jugadores, desató la furia de la afición.

Sin embargo, en medio del enojo general, hubo dos nombres que se salvaron de las críticas y que fueron reconocidos por los seguidores en las redes sociales: Allan Saint-Maximin y Álvaro Fidalgo. La lealtad de la afición se rompió con casi todo el plantel, pero la entrega de estos dos futbolistas fue la excepción que confirmó la regla.

La figura más sorprendente de la noche fue, sin duda, Allan Saint-Maximin. El francés, que jugaba su primer Clásico, mostró una actitud y un nivel de compromiso que contrastó con el resto del equipo. Desde el primer minuto, el extremo se mostró incansable, intentando desbordar, encarando a los defensores y buscando generar peligro en cada oportunidad.

Su ímpetu y su valentía en la cancha, a pesar de que sus compañeros no estaban a la altura, le valieron el reconocimiento de los seguidores, quienes no podían creer que un jugador nuevo fuera el único que diera la cara en un partido de tal magnitud.

Por otro lado, Álvaro Fidalgo volvió a demostrar por qué es uno de los jugadores más queridos por la afición del América. El mediocampista español, conocido por su entrega y su calidad técnica, no se guardó nada en el campo. Fidalgo fue uno de los pocos que intentó ordenar el juego, recuperar balones y mantener el espíritu de lucha, incluso cuando el marcador ya era adverso. Su liderazgo silencioso y su innegable compromiso en cada jugada lo posicionaron como el otro gran salvado de la noche, reafirmando que su conexión con la afición va más allá de los resultados.

El Clásico dejó una lección clara para el América y sus jugadores: la afición puede perdonar una derrota, pero no la falta de actitud y de entrega. En un partido de esta envergadura, la pasión y el coraje son tan importantes como el talento, y solo Allan Saint-Maximin y Álvaro Fidalgo mostraron tener ambas cosas. Su desempeño individual en un contexto de fracaso colectivo los convirtió en los únicos héroes de una noche que el resto del plantel de las Águilas querrá olvidar lo más pronto posible.


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